¿Cuántas veces hemos escuchado la frase ”Todos somos hijos de un amoroso Padre Celestial”?
Cuando comencé a conducir, recogí un hombre en Springville. Mientras hablaba con él, descubrí que esperaba largos períodos de tiempo para ser recogido y no era consistente. Me preguntó si podía arreglar para recogerlo siempre, ¡asique lo estoy haciendo! Pensé que había algo tan interesante en este hombe. Era joven pero no parecía tener planes. Simplemente iba de casa al trabajo. Tenía el pelo largo y una barba desaliñada. Tenía 22 años.
Trabajaba para la empresa de su padre junto con dos de sus hermanos mayores. Me dijo que había perdido el favor de su padre. Le dije que sea paciente.
Reconocí por su apariencia y el aire que lo rodeaba, que no era un miembro activo de la iglesia. Le pregunté si era miembro y respondió ”No, sí, algo así”. Dijo que realmente no tenía ni idea de la veracidad de la iglesia, pero que estaba bastante seguro de que no era verdad.
Me di cuenta de que había estado metido en cosas realmente malas por la sensación que lo rodeaba. También tenía un tatuaje de cruz al revés en la red entre el índice y el pulgar. Mi experiencia ha sido que esto no suele ser una buena señal.
Le pregunté si alguna vez había pensado en volver a la iglesia y dijo que estaba bastante seguro de que la iglesia no quería que regresaran personas que habían hecho las cosas que él había hecho. Le pregunté si alguna vez había matado a alguien y dijo que no. Luego dije “no hay problema, te queremos de vuelta”
Parecía sorprendido pero conmovido. Es como si nadie lo hubiera invitado a regresar. Le hablé de que el arrepentimiento es real y que todos pueden regresar y ser limpios. Le di el enlace al discurso de la conferencia de Neil Maxwell de 1981 titulado “Oh Divino Redentor”.
https://www.churchofjesuschrist.org/study/general-conference/1981/10/o-divine-redeemer?lang=eng
Le dije que necesitaba conocer un poco mejor a su Salvador. Le tomó unos días, pero lo escuchó y le encantó. Dijo que nunca había pensado en Jesús de esa manera. Sin embargo, dijo que tenía que escribir palabras y buscarlas para entender al élder Maxwell. Le dije que es igual para todas las personas que escucharon hablar al élder Maxwell.
Un domingo por la noche me llamó y me preguntó si podía llevar a su madre al aeropuerto a las 5 de la mañana del día siguiente. Hasta ese momento ni siquiera sabía que tenía una madre, aunque habia supuesto que si. No habíamos hablado de su familia fuera del trabajo.
A la mañana siguiente, en el auto, su madre dijo que estaba emocionada de conocerme porque estuvieron esperando que llegara alguien a quien él respetara y escuchara. Dijo que estaba muy feliz de que yo fuera esa persona. Ella dijo que su hijo estaba muy preocupado y perdido, que su padre no lo trataba bien y que ya no estaban casados.
Le dije que pensaba que su hijo era un buen chico que había tomado algunas malas decisiones y que pensaba que Dios podía tocar su corazón y su alma y que volvería. Era como si eso no se le hubiera ocurrido. Parecía haber perdido toda esperanza.
Armado con esta información, decidí ser más agresivo y orar con respecto a mis interacciones en esos paseos. Comencé a elegir temas en oración para discutir cada vez que lo recojía.
A menudo hablamos del discurso del élder Maxwell y él seguía escuchándolo todas las semanas. Le pregunté si tenía un Libro de Mormón y dijo que no. Le di uno que tenía marcado con varios pasajes sobre lo que la gente busca en la vida. Es uno de los Libro de Mormón de la hermana Martino.
Al día siguiente dijo que había sentido la paz del libro y que había descargado la aplicación para poder escuchar también. Le dije que pensaba que era hora de que comenzara a pensar en ir a la iglesia. Consideró la idea en mi presencia, pero me di cuenta de que no hablaba en serio. Seguía diciendo que no lo querrían allí después de todas las cosas que había hecho.
Seguí saliendo por algunas semanas más y luego un día me sentí impulsado a hablar con él sobre su relación con su Padre celestial. Le pregunté qué pensaba de él su Padre celestial. Me dijo que pensaba que a su Padre celestial no le agradaba porque lo había negado y le había dado la espalda.
Me dijo que no tenía una gran relación con su padre y que no podía imaginar un padre que fuera cariñoso con él después de las cosas que había hecho. Dijo que no podía imaginarse a un padre cariñoso en absoluto porque nunca había visto eso. Cuando le dije que tenía un padre celestial amoroso, le costó entender eso y lo que significaba porque nunca lo había visto.
Le hablé del hijo pródigo. Nunca había escuchado esa parábola, pero lo conmovió profundamente la idea de un padre que perdonaría a su hijo y le diera todo lo que tenía. Dijo que no creía que ese tipo de amor realmente existiera. Le aseguré que sí, que era algo celestial y un atributo por el que nos esforzamos por alcanzar como padres.
Le hablé de cómo él y su padre celestial tenían una relación real. En la preexistencia se conocían y tenían una relación poderosa, el sentimiento y la relación más fundamental de su existencia, una con emociones y sentimientos reales. Le dije que el amor que sintió de esa relación se trasladó a esta vida y que cuando lo sintiera sabría que Dios estaba cerca. ¡Justo cuando decía eso, podía decir que él estaba sintiendo eso! El espíritu era tan fuerte en el automóvil que este joven que había tomado algunas decisiones horribles en su vida con respecto a sus prioridades y su adoración fue vencido por el espíritu. Tenía lágrimas en los ojos y una sensación de ardor en el corazón.
Dijo que este sentimiento era asombroso. Le dije que eso era lo que sentía en la presencia de Dios y cuando sintió que sabía que lo que estaba escuchando era verdad. Le pregunté si sentía en ese momento que era irremediable como me había dicho antes. Dijo que no, que ahora sentía que Dios lo amaba. Le dije que era el poder de un Padre amoroso en el cielo y que siempre estaba ahí para él cuando decidiera regresar.
Le dije que ahora, debido a que había recibido esta experiencia y testimonio, estaba obligado a actuar sobre el conocimiento que había recibido. Dijo que lo haría. Ese día vi una sonrisa en su rostro por primera vez desde que lo conocí. Día a día su semblante empezó a cambiar.
Luego se mudó. Pensé que esto iba a ser algo malo porque anteriormente vivía justo enfrente de la iglesia. Nos comunicamos con el obispo y teníamos todo listo para que comenzara a ir a la iglesia allí.
Resulta que la gente del lugar donde alquilaba no era buena gente. Se mudó al otro lado de la ciudad a un vecindario mejor con mejor gente. Un día, de camino a su casa, le dije que debíamos dejar de tener como objetivo asistir a la iglesia, que necesitaba un objetivo más grande que ese. Debía prepararse para ir al templo o a una misión.
Se sorprendió de que yo dijera tal cosa y me preguntó si pensaba que él podía hacer eso. Dije que sí, pero teníamos que empezar. Dijo que pensaba que era demasiado mayor para ir a una misión, le aseguré que podía ir hasta los 26 años, pero que necesitaba volverse muy obediente.
Este joven había sido controlado por Satanás. Satanás le había estado susurrando al oído sin parar durante años de que no había forma de que Dios pudiera amarlo o quererlo. En unas pocas semanas habíamos cambiado eso y ahora esperaba grandes cosas.
Cuando llegamos a su casa ese día, buscó su dirección y encontró a su nuevo obispo. Llamé al obispo y hablé con él. Le hablé de este joven y le di su número de teléfono. Cuando lo llamó, hicieron una conexión y tuvieron una conversación amorosa de media hora. Había sido uno de sus líderes de hombres jóvenes cuando era diácono.
Sus familias habían montado en motocicletas y acampado juntas. Este obispo tenía un hijo que era amigo de él y sabía todo sobre él … lo bueno y lo malo. Fue un ajuste maravilloso tan cómodo. Me dijo que con este obispo no dudaría en pedir ayuda. Dijo que no podía creer lo afortunado que era. Le dije que no fue suerte, que cuando estaba buscando el apartamento, el Señor lo llevó allí. El espíritu era fuerte en el auto y dijo que era hora de que volviera a la iglesia.
Me di cuenta de que tenía algunas dudas en cuanto a ir a la iglesia y orar. Mi impresión decía que sentía que todos los demás allí eran geniales y que él no encajaría. También sentía que cuando oraba no obtenía el tipo de respuestas que pensaba que debería obtener. ¡Le dije que se sacara esos dos pensamientos de la cabeza!
Le dije que, en primer lugar, todas las personas en esa reunión sacramental están enfocadas en sus pecados y pensando en cómo no encajan porque eso es lo que Satanás les está diciendo. Satanás lo está bombardeando con eso y está bombardeando a todos con eso. Satanás les dice sin descanso que no deben orar, que no sienten el espíritu o que Dios no responde a sus oraciones. Los golpea sin parar con estos mensajes.
El caso es que estas cosas son mentiras. Vienen de Satanás y él es el padre de la mentira. Todo lo que dice es una mentira y los bombardea a ellos y especialmente a él con esas mentiras y satanás debe ser ignorado de inmediato. Le dije que debería hacer todo lo contrario. Demostrar que era fuerte y rechazar estos pensamientos. Le dije que necesitaba ser fuerte, ser un hombre y ponerse de pie. Ir a la iglesia y hacer sus oraciones.
¡Ahora lo está haciendo! En cuestión de tres meses, he visto el espíritu del Señor y el amor de Dios tomar a un joven perdido y comenzar una transformación que comenzó en su corazón y cambió todo su ser. Aún le queda un largo camino por recorrer. Todavía tiene que obtener el permiso de su oficial de libertad condicional para ir a la reunión sacramental en enero. Él, el obispo y yo estamos bien con eso y también nuestro Padre en el cielo … quien lo ama, quien lo está rescatando y quien caminará con él. Él nunca se rinde con nosotros. Este joven lo sabe ahora.
Por cierto, le encanta este blog y le encanta escuchar estas historias. Estaba emocionado de que yo escribiera su historia, ¡así que aquí está! Y también he encontrado un lugar para eliminar tatuajes para ayudarlo.

Ruego por el día en que mis hijas pródigas regresen al redil. Nuestro Padre es un Dios amoroso y por medio de la expiación de Cristo se que podrán ser limpias de sus transgresiones. Se que si me esfuerzo el Señor me dará esa bendición!
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El número de los hijos que serán guardados y salvados por padre celestial según las oraciones y fe de sus madres es innumerable. Fe tan fuerte como lo tuyo es lo que dios busca. Es cierto que por la expiación todo puede ser sanado y rectificado. No sabemos cuándo va a ocurrir el evento o los eventos que nos lleva y nos rescata. Tu Fe te llevará por las nubes hasta el sol. Oramos con vos
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