Ellos escuchan su voz

Un sábado por la noche estaba recogiendo a un joven de unos apartamentos en Midvale, Utah. Cuando me detuve, este joven estaba afuera esperándome y gritaba a sus amigos que estaban claramente muy borrachos. Sorprendentemente, el joven que se suponía que debía recoger no estaba borracho en absoluto.

Hablamos sobre sus amigos. Dijo que les encanta salir de fiesta los sábados por la noche y que le gustaba pasar el rato con ellos, pero que no era fiestero, así que no había bebido. Pensé que eso era genial. Tenía un nombre brasileño, así que le pregunté sobre sus antepasados. Dijo que se había mudado aquí desde Brasil cuando tenía 10 años, pero que la mayoría de su familia estaba de vuelta en Brasil. Le pregunté si alguien de su familia estaba por aquí y dijo que sí, que tenía primos que vivían aquí y que era muy cercano a ellos.

Yo hablé de mi misión en Argentina y de que había servido en la frontera con Brasil en Misiones. Usé todas mis pequeñas palabras en portugués, ja, ja. Hablamos sobre Iguazú y lo genial que era.

Luego le pregunté por qué se iba a casa tan temprano cuando sus amigos seguían de fiesta. Dijo que es porque tenía que ir a la iglesia por la mañana, que asistía a la iglesia Centerpoint en Orem y que el servicio comenzaba a las 9 AM. Tenía que conducir hasta allí, así que tenía que estar sobrio y estar despierto a las 8 en punto y listo para partir. Le dije que era asombroso que fuera tan devoto, pero que seguro había una iglesia mas cercana. Sonriendo dije: ”Mira, hay una iglesia mormona allí mismo en la esquina”. Se rió y dijo ”tienes razón, pero no sé en qué creen”. Yo dije que creemos en Jesucristo, pero no en un Jesucristo limitado. Él estaba interesado y pidió que le explique eso.

Creemos que Jesucristo ama a todos los hijos de Dios sin importar dónde vivan en todo el mundo y que su ministerio no se limitó a Israel. Cuando estuvo en la tierra después de su resurrección, visitó a las otras ovejas de Dios en América. Luego fue a otros lugares.

Dijo, ”¿puedes mostrarme pruebas de eso?” Dije que sí, detuve el auto y saqué Juan 10:16 donde se habla de sus otras ovejas que no eran de ese redil. Luego le hablé del libro de Mormón y de cómo Jesús vino a América. Le pregunté si alguna vez había oído hablar de algo así, dijo que no.

Le dije que los mayas y los aztecas tenían historias de un gran Dios blanco con barba que descendió del cielo y los bendijo. Los edificó, los amó, hizo milagros y les enseñó. luego volvió al cielo y dijo que volvería de nuevo. Cuando llegaron los españoles, los descendientes de esos americanos pensaron que ellos eran ese gran Dios blanco. Fueron engañados y su civilización cayó.

Le señalé un video que hizo la iglesia sobre estas tradiciones nativas y también le mostré una foto de Tulum. Tulum está en México. El castillo de Tulum tiene tres puertas y encima de cada puerta tiene un espacio con una imagen tallada. Sobre la primera puerta está la imagen de un Dios rey con una corona. La segunda puerta tiene una imagen de un Dios que desciende del cielo y sobre la tercera puerta el espacio está vacío.

Le pregunté qué pensaba de esas imágenes. Dijo claramente que es Dios el padre, Jesucristo y el Espíritu Santo. Dije que es correcto. Le dije que si Jesucristo no vino a America, ¿cómo podrían haber sabido acerca de esto 500 años después de la muerte de Cristo cuando esto fue construido? Dijo que no había forma de que ellos supieran esto. Dije: ”eso es correcto”.

Luego le dije que mientras Jesús estaba aquí, dijo que tenía otras ovejas que tenía que visitar y que tenían que escuchar su voz y saber que podían ser contadas entre las ovejas de su redil. Dijo que eso era asombroso. Dios es el Dios de toda la tierra, no solo Jerusalén. De nuevo dijo que era la cosa más verdadera que había escuchado y que había sentido, que lo sentía en su pecho y golpeó su corazón. 

Dije que se encuentra en el libro de Mormón y por eso lo llamamos ”Otro testamento de Cristo”, porque vino a América y les enseñó el evangelio de Jesucristo que todavía enseñamos hoy. Sanó a los enfermos y bendijo a sus hijos y les mostró un amor sin igual en la historia de la humanidad. Finalmente les dijo que regresaría.

Él es por quién se construyeron esos templos para recordar que es el que todos están esperando.

Le testifiqué que José Smith fue llamado profeta de Dios por Dios y que se le dio el libro de Mormón y que en realidad era un registro antiguo escrito por la mano de las personas que vivían aquí en esos días.

Dijo ”esos son mis antepasados”! Dije que sí lo eran y que esta era su herencia religiosa. Testifiqué de la veracidad del libro de Mormón y ambos sentímos el espíritu muy profundamente.

Este joven que estaba dispuesto a conducir una hora para ir a la iglesia el domingo por la mañana y dejar a sus amigos el sábado por la noche, estaba sintonizado con el hecho de que Dios tenía más palabras para él y estaba dispuesto a hacerlo.

Le pregunté qué estaba sintiendo en ese momento, me dijo que sentía electricidad y que el corazón le latía rápido pero al mismo tiempo sentía mucha paz. Le dije que ese era el espíritu de Dios que le confirmaba la veracidad de las cosas de las que habíamos hablado. Le dije que el Espíritu de Dios le estaba testificando que el libro de Mormón era verdadero y que daba testimonio a su alma. Estuvo de acuerdo y dijo que sabía que esto era cierto.

Le pregunté si tenía un libro de Mormón. Dijo que sí, que su prima le había regalado una. Le pregunté si su prima era miembro de la iglesia, dijo “oh sí”. Dijo que ella es muy activa y enérgica con la iglesia.

Llegamos al final del viaje y tenía que irse. Le dije, ”¿me harías un favor ahora que tienes este nuevo conocimiento?” Él dijo ”Si, que quieres que haga?”. Le dije que fuera con su prima y le dijera que había obtenido un testimonio de la veracidad del libro de Mormón, ella sabría qué hacer a partir de ahí. Él sonrió y dijo que haría eso al día siguiente por la tarde. No tengo ninguna duda de que lo hizo.