La otra noche en Salt Lake, un hombre se subió al auto y estaba tratando de entablar una pelea sobre política. A pesar de que podía haber respondido, traté de alejarme de él, pero el espírutu de contención que trajo al auto era palpable. Luego recibí una llamada para recoger a una mujer en un restaurante. Al acercarme al restaurante, todavía sentía ira y tenía malos sentimientos con respecto al pasajero anterior y esos pensamientos estaban dando vueltas en mi cabeza. Ella tardó un poco en salir, pero respiré hondo y la esperé. El espíritu santo me inculcó la necesidad de deshacerme de ese mal espíritu. Aprendí que Satanás realmente pelea y usa su influencia para poner personas en nuestro camino para evitar que la obra de Dios siga adelante.
Cuando llegó al auto, parecía feliz, positiva y optimista a pesar de que salía de su primer trabajo donde cerró el restaurante a su segundo trabajo en Amazon para trabajar el resto de la noche. Puedo identificarme con eso y con la frustración de tener que trabajar en mi segundo trabajo después de haber trabajado todo el día y mi corazón estaba con ella.
Mientras conducíamos, le pregunté un poco sobre su vida y ella comenzó a hablar sobre cómo nació en Salt Lake Valley y asistió a la escuela secundaria allí. Se había casado con un infante de marina y se habían mudado, pero su matrimonio había sufrido algún tipo de fracaso traumático. Se divorciaron. Parecía estar bien y muy feliz, asíque imaginen mi sorpresa cuando justo entramos a la I 15 y el espíritu comenzó a susurrar. Hice lo que normalmente hago cuando interpreto una reunión en español, la persona habla y yo solo transmito ese mensaje. Esto era solo de esa manera.
Las palabras que el espíritu susurró a mi corazón estaban fuera de contexto con la conversación y eran casi un cambio abrupto. Era como si yo mismo estuviera sentado ahí viéndome decirlo. Le dije que era una persona amable y buena, pero que Dios quería que supiera que aunque otras personas no veían eso en este momento o se negaban a verlo, él conocía la bondad de su corazón. Le dije que siempre había tenido una tremenda cantidad de amor en su corazon y que disfrutaba compartir ese amor con todos las que la rodeaban, y que esos esfuerzos se habían visto dañados y frustrados en muchos casos durante su divorcio, que la gente la veía diferente y la trataba diferente, de forma negativa y que cuando se acercó con su corazón, la gente no había respondido favorablemente y esto la había dejado sintiendose sola y vacía. Le dije que ese dolor la había herido muy profundamente y que nadie más podía imaginar cuánto. Le dije que Dios la veía, la conocía, la amaba y sentía su dolor. Le dije que las palabras que le había dicho me habian sido dadas por el espíritu. El espíritu era muy fuerte en este punto.
Le dije que Dios le había dado ese corazón y que el amor que sentía era un regalo para compartir con los demás, y que después que su corazón había sido dañado tan profundamente, tomaría tiempo repararlo y volver a confiar. Le dije que comenzara poco a poco a esforzarse por acercarse a Dios con el corazón, que buscara una oportunidad cada dia y que siguiera haciéndolo con un propósito antes de que se volviera algo insconciente. Con el tiempo volvería a sentirse natural.
Le hablé de Dios y su amor por ella como su hija. Hablamos sobre cómo ese era el sentimiento natural más básico que posee un ser humano. Le dije que cuando estaba en la presencia de Dios sentía ese amor en esa relación. Entonces dije ”¿sientes eso aquí, ahora?”.
Ahogada en lágrimas dijo que si.
No sabía de qué religión era, pero sentí que era miembro de la iglesia y se lo pregunté. Dijo que era un miembro menos activo de la iglesia. Le dije que servir en la iglesia sería una buena manera de que ella hiciera esto y que encontraría mucho amor y apoyo del Obispo y de los miembros del barrio.
Sentí que había pasado bastante tiempo desde que había asistido a la iglesia, así que le pregunté al respecto. Dijo que no había ido en bastante tiempo, pero que recientemente había estado considerando regresar a la iglesia.
Le dije que los miembros de la iglesia mediante el don del Espíritu Santo pueden recibir revelación. Esa revelación le da la oportunidad de ayudar y servir a los demás. Le dije que esta noche las palabras que había hablado venían de Dios por medio del Espíritu Santo. Le dije que los sentimientos que tenía en el auto eran una confirmación de la veracidad de las palabras que estaba diciendo y su origen.
Ella habló sobre cómo le encantaba ese sentimiento. Finalmente estábamos en su trabajo y ella simplemente se sentó allí. No quería salir del auto. Dije que el Espíritu de Dios que estaba en el auto le estaba alimentando su espíritu y le gustaba como se sentia, por eso no quería dejar el auto. Ella sonrió y dijo que era cierto, que se sentía muy bien en el auto.
Le dije que si iba a la iglesia volvería a sentir ese espíritu. También le hablé de este blog. Le dije que Dios de vez en cuando me permite ayudar a salvar a algunos de sus hijos mientras conduzco por la ciudad. Le dije que escribía estas historias y ella estuvo muy interesada en leerlas. Incluso buscó el blog.
Dijo que tenía que ir a trabajar y salir del auto. Pensé que ese sería el final, quiero decir, millones de personas en la ciudad, ¿cuáles son las probabilidades de que la volviera a encontrar? Esas probabilidades no eran altas, pero a Dios no le importan las probabilidades, se preocupa por sus hijos.
Una semana después estaba llegando tarde y todo estaba hecho un desastre. No había conducído lo que necesitaba durante el día, así que decidí hacer algo que casi nunca hago y es ir a Salt Lake temprano para empezar a conducir. En lugar de poner en marcha mi medidor para tomar viajes en Sandy o Midvale, esperé hasta que estuve en la 6 Sur y alrededor de 3 Oeste. Lo encendí e inmediatamente me asignaron un viaje. Era ella, lo sabía, era ella. De camino a recogerla tuve la impresión de que necesitaba hablar con ella sobre el hecho de que Satanás le mentiría y le diría que no debería estar allí, que la gente la estaba juzgando, que la gente estaba mirando, que no era digna de estar allí o que Dios no la quería por las cosas que había hecho desde que se había comprometido.
Cuando me detuve, ella dijo: ”Sabía que eras tú”. Y sonrió. Estaba en una tienda de comestibles y la ayudé a poner sus comestibles en mi baúl y luego la llevé a su casa. En el camino, dijo que había estado esperando y orando para volver a verme porque había dos cosas que quería decirme. Le dije que tenía algo que quería contarle primero. Le dí el mensaje y le dije que Dios estaría con ella y que ninguna de esas cosas que Satanás diría eran verdad.
Ella me dijo que lo más asombroso había pasado. Dijo que había estado orando a Dios para regresar a la iglesia después de nuestra conversación y que cuando regresó a casa los misioneros estaban en la puerta de su casa. Hablaron con ella y le dijeron cuándo eran sus reuniones para que pudiera ir y que la estarían esperando. Esa fue claramente una respuesta a su oración y una confirmación de que todo lo que se había dicho y hecho en el automóvil era la voluntad de Dios.
También dijo que había perdido mi blog y que quería que se lo diera de nuevo para que pudiera seguirlo. Hizo un marcador en su teléfono para no perderlo esta vez. Le dije que siguiera buscando porque esta historia aparecería muy pronto. Nos dió a ambos la oportunidad de agradecer a nuestro Padre celestial por su mano en nuestras vidas. Ella sabe que él la ama y que la acompaña y la cuida.
Cuando miro hacia atrás en esta situación, me doy cuenta de lo cerca que estuve de permitir que ese hombre que quería discutir y ser contencioso nublara mi capacidad para escuchar las impresiones con ira. Es un recordatorio para mí de que todo tiene su momento y lugar, incluida la política, pero que nunca deberíamos enfurecernos tanto por algo que no podamos escuchar y obedecer al espíritu. Esa noche marcó la diferencia para esa maravillosa joven y sé que está en buenas manos …
Oh sí, no hay coincidencias Dios está obrando milagros entre nosotros.
